domingo, 5 de junio de 2011

Gracias Princesa

Muy recientemente y por prescripción médica nos estamos aficionando (a la fuerza ahorcan) a eso de montar en bici. El deporte en primera persona es algo que desconociamos, siempre hemos preferido, y el deporte no iba a ser una excepción, que fueran otros los protagonistas.

Sin embargo desde hace unos días al caer la noche montamos en la bici y nos acercamos por Madrid Río [eso de bueno que nos ha dejado las obras de la M-30] a la casa de campo (ver rutas en bici) y nos damos unas vueltas por tan divino y curioso paraje... En esas horas empiezan a surgir por entre los árboles preciosas chicas que ofrecen sus sonrisas y sus encantos a tantos tan necesitados.

Nosotros llegamos a ese hábitat de fauna tan diversa en un estado entre preocupante y patético, por lo que cualquier pequeña cuesta nos parece el Tourmalet...

Y esa es la escena. Nosotros en el límite de nuestras fuerzas, muriendo, haciendo eses, dudando si merece la pena dejarse la vida por coronar tan triste montículo. Y es entonces cuando bajada de entre las nubes, plantada en nuestro camino, como un ángel, apareció ella. Y apiadándose de nuestra triste estampa, conmovida del sufrimiento que nuestro rostro transmitía, hizo un breve paréntesis en sus ocupaciones de hacer ver a los conductores "apresurados" lo que se pierden, lo que dejan pasar... y nos lanzó un ¡¡¡vamos cielo!!! que nos dio alas, un ¡¡¡vamos cielo!!! que nos reanimó, un ¡¡¡vamos cielo!!! que nos ayudó a coronar tan exigua cima...

No pudimos agradecerle ese grito de ánimo, ese aliento, ese "cielo" que nos llegó y que paladeamos en todo nuestro camino de vuelta..., hoy, tarde y mal, queremos corregir nuestra desconsideración:

Gracias Princesa.

No hay comentarios: